Soneto desesperado
Querido y necesitado amor.
Tristeza y apatía son mis guías.
Nubes negras, la ilusión de mis días.
Empezar a escribir, brotar el dolor.
Sólo un momento tengo de calma,
cuando muestro el corazón en la palma,
duerme el cuerpo y despierta el alma.
Cada vez necesito más el morir.
No tengo el alivio de no soñar.
Prefiero el silencio, a tener que hablar.
Prefiero el fuego, a tener que vivir.
Tengo la esperanza de un ahorcado.
La libre voluntad del lapidado.
Estoy vacío sin ti a mi lado.