caminar por el desierto y encontrar un buitre. (rima libre).

Como en aquella película en la que el protagonista, 
Arrastra el cuerpo de un alien por medio del desierto,
Así mismo me siento cuando bajo la vista,
y camino sin dirección, sin ritmo ni concierto. 

Suelo esperar a que el sol sea juez en lo alto del atril,
Busco sombras de buitres que ronden mi calavera, 
Veo recuerdos de tiempos de vorágine y  punta de fusil, 
Una cuneta, una época pasada, ¿otra era?

Siento con tristeza, la facilidad de muerte del ayer, 
Que por el simple hecho de pensar diferente, 
o por tener buenas tierras, gran casa, hermosa mujer, 
acababas con tus huesos  esparcidos por la intemperie. 

Que no interprete el que lea, gusto alguno por el franquismo.
Si hay un tiempo de vergüenza es ese, sin duda. 
Mi propio ADN lo sufrió en carnes,pellejos, servilismo.
Represión de libertades y una herramienta de gran ayuda. 

El miedo, el fantasma del ego, castigo y garrote. 
Que no hay muerte más vil, con más saña, atroz, ni mala madre,
que la de taladrar un vivo cráneo, y poco a poco aplastar el cogote.
 "Valientes" que tapaban los ojos, a quien la "suerte" traía aquella tarde.

Verdugos de la moral y la humanidad. Asesinos de hermanos.
Bestias. Alimañas alimentadas por el psicópata que quería un reino. 
Locos de sangre que acababan arrancando entrañas con sus manos. 
Soldados de la libertad amparados por la iglesia y especialistas en miedo. 

Matones de la ambigüedad, del arte, y el amor.
Que lo mismo mataban por maricon a un ruiseñor,
que ensalzaban a un asesino con su clamor, 
o violaban a madres e hijos. Ese era su valor.

No hace falta levantar la vista del suelo para ver la barbaridad 
No necesitas caminar mucho para encontrar vestigios. 
Ni siquiera a veces es necesario moverse, basta con escuchar.
Hay quien se ha envuelto de nuevo en el trapo alabando a sus prestigios.

Yo para mí, deseo muerte en paz. Porque todo el que ha nacido lo merece, 
Pero echando la vista atrás, tras leer memorias de los fusilados, 
Si no los paramos entonces que eran peores, que el espino que crece, 
Nos adelantarán por la derecha y volveremos otra vez a ser cazados.

Vivo en un lugar donde todavía se siente el orgullo patrio, 
El de águila negra, el de cara al sol, el de viva Franco. 
Y por mucho tiempo que pasara han vuelto sus nietos al atrio. 
Han vuelto los despojos, los sonidos de muerte en su canto.

Qué orgullo sentirse patrio de una nación construida sobre muerte. 
Qué placer gritar al cielo eslóganes carentes de cariño.
Qué cerca está de nuevo la escopeta pidiendo jugar a suertes.
que cerca se oye el grito de una madre pidiendo auxilio.

Vivo en un lugar donde las piedras aún sangran por el sin sentido.
Donde las marcas de aquellas que no llegaron a matar o dejar herido,
dejaron en esquinas, calles, plazas, colegios, caminos. 
Cientos , miles de agujeros que apestan lo glorioso conseguido. 

Y somos meros animales de costumbres, que caemos mil veces en el agujero. 
No tardará el momento en el que alguien porte la bandera de adalid,
Y salga a la calle a reclutar asesinos qué vestidos de caballero,
al grito de una grande, matarán pájaros presos sin dejarles salir.

Que ahí reside su valentía. Matan solo a indefensos, 
Porque no tienen coraje para enfrentarse cara a cara a la vida, 
Siguen siendo despojos como fueron sus abuelos,
Y si no los paramos volverán al garrote algún día. 

¡Despertad de una vez! Las palabras ya las llevo el viento. 
No olvidéis esconder lo que podáis usar como arma o alimento.
Y recordar bien siempre donde están escondidos en todo momento,
porque os juro que volverán los momentos de garrote y repetirse el cuento.